
Excélsior, 3/24/2011
Ocho congresistas estadunidenses, republicanos y demócratas, se reunieron ayer en Los Pinos con el presidente Felipe Calderón, quien les solicitó “la aplicación de medidas más estrictas para detener el trasiego ilegal de armas y dinero en efectivo” de Estados Unidos hacia México.
En conversación privada, a la que no acudió ningún representante de la embajada de Estados Unidos, a la que Carlos Pascual renunció el sábado pasado, el Ejecutivo federal expuso a los legisladores que para su gobierno resulta crucial “combatir de manera más firme y eficaz el tráfico de armas”.
La delegación bipartidista estuvo encabezada por Kay Granger, presidenta del Subcomité de Operaciones en el Exterior del Comité de Asignaciones Presupuestales de la Cámara de Representantes.